María Florencia Gómez Valbuena, la monja acusada de robo de niños, ha enviado la siguiente carta abierta a la opinión pública.
Ante las informaciones aparecidas con motivo de mi comparecencia en los Juzgados en calidad de denunciada y la expectación suscitada, pidiendo disculpas si no he sabido atender correctamente a los medios de comunicación, quisiera hacer saber que son completamente falsos los hechos que me atribuyen en la denuncia.
Me repugna en lo más hondo de mi ser, considero inadmisible e injustificable en ninguna circunstancia y jamás he tenido conocimiento de la separación de un recién nacido de su madre biológica, realizada bajo coacciones y amenazas.
He dedicado toda mi ya larga vida, pues acabo de cumplir hace dos días 87 años, a ayudar a los más necesitados de manera desinteresada, como forma de hacer realidad mis profundas convicciones religiosas.
Quiero dar públicamente las gracias de corazón a todas las personas e instituciones de todo el mundo que me han apoyado, dándome muestras de afecto, respeto y consideración, al conocer la situación que estoy pasando y que espero que se resuelva a la mayor brevedad.
Madrid, 12 de abril de 2012