Me llamo Ester Serra, cuando tenía 2 años y medio vino al mundo mi hermana Sara. En el hospital, tras 24 horas de sufrido parto, mi hermana nació bien, algo moradita, pero lloraba y se movia quejandose por la estrepitosa entrada al nuevo mundo. Mi madre no habla mucho del tema, pero me ha contado siempre, que nada más nacer, se llevaron a mi hermana diciendo que la iban a lavar y que después se la devolverían. Mi madre no volvió a verla. A las horas de dar a luz, mi madre preguntaba por mi hermana desesperada, y un médico le dijo que había fallecido tras el parto, que venía con el "Sindrome de Potter" y que no habia sobrevivido a las primeras horas de vida. Tras esto, avisaron a mi padre, y él pidió ver a la niña. Me ha contado que lo dejaron solo durante una hora, en una habitación con el cadaver de un bebé, que estaba frío como el hielo, demasiado helado. Mi padre no la vió viva y mi madre no la vió muerta, como saber si ese bebé era el mismo?
No tardó mucho en volver a quedarse embarazada, y cuando volvió a su ginecologo de confianza (un hombre que vive en otra población y que llevo los tres embarazos de mi madre), este señor le preguntó -bueno, que tal tus niñas? Sara tiene que estar ya muy grande- y mi madre llorando, le explicó y le enseñó los escuetos papeles que le habían dado en el hospital. Este hombre, sin salir de su asombro, cuando terminó de revisar a mi madre, se quedó solo con mi padre y le dijo:  -Miguel, ante un tribunal lo negaré, pero somos amigos desde hace muchos años y no puedo más que decirte la verdad, Sara venía perfectamente, no le faltaba liquido amniótico en la bolsa, ni por supuesto venía con Sindrome de Potter, no os quedéis parados y buscad a vuestra hija, porque no es posible que haya muerto por eso.-
Mis padres estaban demasiado rotos de dolor, y no quisieron remover más en sus miserias, aceptando lo que les habian dicho en el hospital como si esa desgracia fuese real y punto.
 
Hace unos años, coincidió que operaron a mi abuelo en ese mismo hospital, y mi curiosidad pudo conmigo. Bajé con mi hermano pequeño a Anatomía Patológica y conocimos a Antonio, el celador que lleva 30 años de servicio en ese hospital. Le contamos nuestro tema, y le preguntamos si podia por favor darnos algún informe de autopsia o algún documento que acreditase que aquella historia era cierta. El señor muy amable, se fué al archivo a buscar la información y cuando volvió nos dijo que le sorprendia que todos los documentos del año que nació mi hermana habian desaparecido en una inundación que hubo al año siguiente y que no habia constancia de nada al respecto, excepto las supuestas muestras histológicas de la autopsia. Nos dejó verlas, y las sostube en mis manos temblorosa, pensando, que después de tantos años por fín se arrojaba algo de luz sobre la historia.
 
Tras esto, le conté al hombre la estrambótica información que le dieron a mi madre tras darle la noticia de que mi hermana habia fallecido. Le dijeron que solicitaban el cadáver para estudiarlo, puesto que era un caso muy raro y querían verlo más despacio. Que tras su estudio ellos se harían cargo del cadáver incinerandolo alli mismo y que no tendrían que venir a preocuparse ni de trámites y de papeleos, que ellos se encargaban de todo. Mi padre estaba hundido y mi madre con depresión, así que decidieron dar carpetazo al asunto, pensando que así sería menos doloroso.
 
La cuestión es que este señor (El celador), nos dijo que eso no era posible, puesto que ellos no disponian de incineradora, y en aquellos tiempo ni siquiera habia incineradora en el pueblo, con lo cual, en aquellos caso, habrían enterrado a mi hermana en una fosa común del cementerio. Que la información de que yo disponia no podía ser verídica y que en cualquier caso no era posible.
 
Yo ya no supe que hacer, y de esto hace ya tres años.. Desde entonces tengo un temblor en el cuerpo que no consigo quitarme de encima.
 
 
Sara nacío el día 1 de mayo de 1985 en el hospital general de Elda, mi madre se llama Maria Dolores Vicente Martinez y mi padre Miguel Serra Pérez.
 

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